Sin lugar a dudas, la Vega es un punto de encuentro de cientos de personajes. Uno de ellos es "El Rey", y ojo que no estamos hablando de Elvis, sino que de el rey de los tomates. Oculto tras su personaje, decide no revelar su nombre lo que da un poco más de picardía a su relato. Tres señoras y varios hijos son el saldo de este emprendedor quien, con más de 50 años en el rubro, ha sabido progresar y sacar adelante su negocio sin haber terminado el colegio.
El negocio es uno, vender tomates. Para eso se destaca un trato amable, algo que no enseñan en los colegios, sino que sólo ha podido aprender con los años y tratando a los demás como lo merecen. Respeto y atención se fusionan en El Rey para lograr el objetivo y, en menos de 15 minutos, ya ha atendido a 7 personas y se ha quedado con varios kilos menos de mercadería.
"La venta no baja ni con crisis, ni terremotos ni nada. Esas cuestiones las inventan los políticos y los grandes empresarios para hacerse más ricos. Una sola cosa esta clara: la gente siempre va a querer tómate."
Al terminar la entrevista, la simpatía de El Rey hace difícil la tarea de no comprar su producto. Así que con mi kilo de tomates y una nueva experiencia, sigo mi camino en el mundo de La Vega, olvidando el smog y los tacos. Sólo disfrutando de nuestra gente.
Para concluir este viaje, vemos que todos sin estudios, aplican diferentes técnicas del Marketing para atraer a sus clientes y diferenciarse de su competencia, luchan día a día para sacar su negocio adelante o simplemente ganar un espacio de trabajo, señalan que en la Vega Central, hay espacio para todos, “Después de Dios está la Vega”.
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